La caries dental es la patología dental más frecuente en los niños. Alrededor de un tercio de los niños españoles presenta este problema. Además de la caries, los traumatismos dentales y las maloclusiones son los otros grandes problemas que afectan a este grupo poblacional. Se estima que entre un 15-20% de los menores presenta algún tipo de traumatismo dental debido a caídas o a la práctica de determinados deportes. En cuanto a las maloclusiones, aunque frecuentemente se tratan en dentición definitiva (a partir de los 12 años aproximadamente), muchas tienen su origen en edades tempranas y uno de cada cuatro niños presenta una alteración que requiere tratamiento.
La ortodoncia infantil cumple varias funciones. Por una parte, mediante técnicas de diagnóstico precoz permite corregir determinados malos hábitos (succión del pulgar, interposición de la lengua, etcétera) que, tratados a tiempo, previenen la aparición de una maloclusión más severa. También cumple con una función correctora cuando falta espacio en la boca y los dientes se apiñan, o cuando no existe una buena oclusión entre el maxilar superior y la mandíbula. Se debe entender que la ortodoncia no tiene como función principal mejorar la estética (aunque el resultado final sea ese), sino corregir problemas funcionales que afectan a la calidad de vida del menor, a su función masticatoria e incluso foniátrica.
Los niños deben realizar, al menos, dos cepillados diarios usando pasta dentífrica fluorada, uno de ellos antes de acostarse. Hoy se sabe que algunas pastas dentales infantiles, al tener muy poco flúor, no son eficaces para prevenir la caries. Por ello, se recomienda no guiarse por la edad que indica la pasta dental sino por la cantidad de flúor que contiene (a partir de 1.000 ppm de flúor son efectivas). En cuanto a los enjuagues bucales, solamente están indicados en algunos casos los de flúor. Estos enjuagues deben ser prescritos siempre por un dentista, quien determinará, en función del riesgo de caries y la edad del menor, la pauta a seguir. La dieta del niño debe ser equilibrada y sana, evitando los productos como bollería industrial, refrescos, zumos envasados o alimentos precocinados, entre otros.
La primera visita al dentista se debe realizar al cumplir el año de vida para vigilar que la erupción dentaria se está produciendo correctamente y que el niño no presenta patologías bucodentales. La dentición temporal tiene mucha importancia para la salud general del niño y para el correcto desarrollo de su futura dentición permanente. La pérdida prematura de los dientes de leche puede ocasionar maloclusiones que van a requerir tratamiento con un alto coste. La frecuencia de las visitas al dentista depende del riesgo de caries del menor. Cuanto mayor sea el riesgo, más frecuentemente tendrá que ser visitado para revisar que todo está bien y aplicar medidas preventivas.